Niño, cachorro, aguarda en tu madriguera
Los estertores de la guerra han pasado
Los ejércitos han firmado ya una tregua
Y aun no ven los despojos que han dejado.
Imanes al derecho o al revés,
Cardenales tatuados, sinrazón,
Platos rotos, llantos, vidrios en los pies
Marca a marca trazan tu caparazón.
Mantén atrincherada tu inocencia
Y pide que te curen las heridas
Tal vez se reestablezca la conciencia
Bandera blanca por tu alma dolorida
1 comentario:
Pablo, desde mi blog de la "Comunidad", vi que habías llegado allí a través de este enlace, y qué sorpresa: me encontré con tu mundo, nuevamente con tu sensibilidad, con ese goteo maravilloso de poesía y arte.
En mi segunda visita he visto que anunciabas el propio enlace hacia mi blog. Gracias por esa amistad,
Teo.
(no comento tus poemas, pero te soy fiel, me gustan, entiendes la p0esía, los leo con suma concentración y cuidado. Se nota tu admiración por Miguel hernanded).
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